El teatro de las vanidades




Mientras en Badajoz están a vueltas peleando contra la sentencia de destrucción del cubo de la Facultad de Biblioteconomía iniciada por los (así llamados) Amigos de Badajoz, que si bien tiraron la piedra una y otra vez, ahora esconden la mano, aquí en Zafra se ha erigido el palacio del teatro con gran pompa institucional, justo cuando hace dos semanas atrás en Cáceres se presentó un nuevo formato portátil de sede cultural patrocinada por Cáceres 2016 que nos hacía ver caduco ya el soporte físico y estable que supone un edificio. Frente al estatismo y solidez de los palacios, la arquitectura conceptual y la dinámica de lo efímero. Salen en la fotografía del periódico ufanos los responsables municipales zafrenses, ya están contentos con su juguete, les ha valido para halagar su vanidad. Cómo hacen funcionar ahora el invento, qué planes tienen es algo que ni les preocupa. Y cómo se mantiene, menos aún. Está bien cultivar el halago de la vanidad, pero no a costa de los demás en tracas al aire en estos tiempos tan difíciles. Cuánta razón tenía Jesús Alviz cuando decía que la peor de las crisis no es la económica.

Sinceramente sería preferible crear ahora una temporada teatral y una serie de actos culturales para dinamizar el edificio. La única manifestación escénica en Zafra es el Festival de Teatro cómico durante el verano, ahora podrían sumarse más iniciativas culturales al pairo del edificio y mantener una cierta expectación.


Y a todo esto aún no está bautizado el edificio. Ya puestos propongo el nombre de nuestra gloria local de la época neoclásica, el dramaturgo Vicente García de la Huerta, rigurosamente estudiado por Miguel Ángel Lama, igualmente zafrense y referente actual de la crítica artística en Extremadura, por si gustan consultar con él los correspondientes asesores del ayuntamiento.

Así está la vida. Mientras unos quieren destruir en Badajoz otros construyen en Zafra. Seamos siempre positivos, porque siempre es mucho más fácil destruir que construir… salvo para los políticos a quienes les da tanto una cosa como la otra, evidentemente.

Comentarios

Isabel ha dicho que…
No. A los políticos, al menos en este caso, no les da lo mismo construir que destruir. De hecho, destruir es más complicado, y probablemente los Amigos de Badajoz no habrían llegado tan lejos de ser políticos! (y lo digo a favor de los políticos). Y luego esta la cuarta dimensión: el tiempo. No se, pero probablemente, el teatro de Zafra sea el último de su especie (para unos lustros)