Cavilando sobre San Juan en el museo de Bellas Artes de Sevilla

La tradición caracteriza a San Juan durmiendo o cabeceando en las escenas de grupo para distinguirlo, sobre todo en las representaciones pictóricas de la Última Cena, concibiendo el sueño como una vía de acceso a otra realidad, por la cual fue capaz San Juan, pensamos, de escribir el Apocalipsis, tal vez la primera muestra de superrealismo (así, en su designación francesa de sur-realisme en el sentido de super-realidad), así también se interpreta en las culturas chamánicas, en donde también el sueño supone observatorio de la realidad, desde el cual se atribuye un punto de vista privilegiado, de ahí que se haya atribuido a San Juan Evangelista el águila como icono (o el náhualt, su desdoble en el reino animal), cuyo tópico no sólo es su mirada afilada y precisa sino también observadora excelsa de la realidad desde la altura impoluta y sagrada reservada a los dioses y a los visionarios a lo largo de la historia.

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