Badajoz a punto de nieve

He disfrutado en Badajoz de un fin de semana sacado de la recámara de algún almanaque apócrifo, tregua intemporal que en ocasiones nos es concedida por algún dios menor y zascandil cual diablo cojuelo. Las calles, pese al gélido ambiente, se encontraban habitadas, expectantes, deleitándome en la tarde del último castañero de la navidad que no se decide a irse, resistiendo los arañazos de este enero furioso a punto de nieve.


La radiante voz de Ruth Morán, gran diva de la pintura, me saca del sopor indolente del aroma de churros, y de espesa municipalidad al abrigo de tertulias deslavazadas que son la tarde de los sábados. Siento su voz luminosa de limoneros llena de energía como siempre, ingrávida en la tarde, desgranándome algunos de sus proyectos para este 2010. La galería de Ángeles Baños (badajocense) llevará su obra como cada año a la feria de Arco en Madrid (febrero) y, aunque no está confirmado, para la primavera realizará una exposición en el sevillano monasterio de San Clemente, un espacio expositivo inaugurado hace no muchos años en Sevilla (y que ha servido hasta ahora para realizar ediciones de performances y teatro), restauración de ese singular monasterio en el extrarradio de la ciudad, un barrio obrero apacible y discreto en el que el monasterio adquiere el colosalismo de un carismático transatlántico atracado en el muelle. Un espacio en donde los murales de Ruth respirarán en profundidad, en simbiosis con el entorno, en ese su arte fusión de la estructura vertida en la pulsión dinámica de la vida. Ruth Morán descansa poco pero no por ello su arte se resiente, porque ella ES a través del arte, como todo gran creador. Salve Ruth, alzo mi copa por ti y por nuestra amistad.

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