Disimulado en el agreste pueblecito de La Parra (al noroeste de la provincia Badajoz) se encuentra su hospedería instalada sobre un convento medieval que conserva su sacral entraña misteriosa donde late el silencio. El recoleto claustro es concreto, espeso y luminoso en la lumbrarada solar que hace reír a la fuente. Ángulos sugerentes arropan la visión para la meditación errática frondosa de aire mudéjar.
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