Encuentro y diálogo. Arte contemporáneo español en Badajoz

El  Museo de Arte Extremeño e Iberoamericano (MEIAC) de Badajoz, durante estos días está siendo la primera estación de una serie de exposiciones itinerantes que recorrerán varias sedes extremeñas hasta finalizar en navidad de este año 13 bajo el mismo proyecto, consistente en mostrar la colección de arte contemporáneo del Parlamento y del Gobierno de Extremadura.


El discurso está muy bien construido en torno a cinco ejes temáticos que vertebran y aglutinan espacial y teóricamente esta muestra.




El primero de estos ejes temáticos es arte y naturaleza (obviamente de carácter paisajístico) para pasar a polis (espacios urbanos de hoy) y a continuación el bloque de mito e identidad (obras que reconstruyen o proponen diversos conceptos en relación al ideario colectivo extremeño).

El cuarto bloque se recogía bajo el título presencias y ausencias (obras de naturaleza conceptual y metadiscursiva) y en el quinto y último (más por un cierta línea temporal) poéticas del fragmento en donde se presentan obras de autores últimos caracterizados por un discurso postmoderno e industrial, en donde se reflexiona sobre diversos lenguajes artísticos partiendo del conceptualismo de los años 60 del siglo XX, basado en la desmaterialización del objeto artístico.

La muestra no olvida algunos de los más representativos artistas de/ en Extremadura (entre otros muchos de otras áreas) desde la segunda mitad del siglo XX (se inicia con la obra regionalista de Godofredo Ortega Muñoz), el arte siempre arriesgado de Wolf Vostell, hibridando fluxus y casticismo desde su amada Malpartida de Cáceres donde residió y estableció familia, fundando su propio museo), o Juan Barjola y su expresionismo agresivo.

Aparte de estas tres figuras, los artistas seleccionados se encuentran aún en activo prometiendo mucha batalla como la exquisita gestualidad de tintes culturalistas de Hilario Bravo, el neo-impresionismo de Javier Fernández de Molina, el neopuntillismo de Lourdes Murillo y, siguiendo en su generación, el (también) pacense Alonso Gil, cuya obra urbana, recoge principios del decollage y la poesía visual, al igual que el placentino Javier Roz, de nueva hornada junto a Ruth Morán, que en sus obras suele recoger la gestualidad dentro de estructuras constructivistas.



La colección de arte contemporáneo del Parlamento y del Gobierno de Extremadura que se está exhibiendo en el proyecto Encuentro y diálogo es muy digna y recorre una serie de artistas suficientemente consolidados para avalar la propuesta.

Sin embargo, se ha hecho sobre un fondo fijo (el mencionado depósito). No sobre un fondo dinámico (obra expuesta ex-profeso bajo consulta), y el público que conozca la trayectoria de estos artistas se dará cuenta de que (en algunos casos) la obra exhibida de alguno de ellos, aun teniendo la dignidad propia de la ocasión, no es de las mejores obras de su taller.

Como el propio proyecto indica en su título, Encuentro y diálogo fomenta la reflexión y el intercambio. Es todo un lujo encontrarnos con una muestra así y poder dialogar a solas ante todas estas obras sobre la vida y el arte que no dejan de sugerir y que sin cesar nos interrogan.



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