El colorismo hispánico de Femme de Corde

Foto: Pepe Santana


El primer concierto del año en las Juventudes Musicales de Zafra ofrecido por Femme de corde el pasado sábado 17 aportó la nota colorista de raíz hispánica  idónea para atenuar la crudeza de estas fechas.

María Bono al violín y Julia Gonzalo se entregaron a la ejecución de la Sonata nº 2 de Joaquín Turina seguida de siete piezas breves englobadas en  la Suite española de Manuel de Falla, música acompañada de pasos de danza por Kallina Duffner a la que se unió José Espinar en los tangos que se interpretaron durante la segunda parte dedicada a Astor Piazzola con sus obras  Oblivion y Gran Tango.

Un repertorio de gran aroma y sabor popular hispánico en la herencia hispánica peninsular a través del casticismo para pasar, como hemos visto a la melancolía porteña enriquecida con la precisión del baile.

Un concierto que infundió vitalismo en una noche algo desamparada que, sin embargo, gracias a Femme de corde, se volvió risueña y grata como la tenue caricia de una antigua novia.

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