Una tarde con Rafael de Cózar

Con ocasión de editar “El signo móvil” este pasado verano no he pegado hebra con Rafael hasta ayer cuando habló en el curso sobre poesía visual que organizan Emilia Oliva y Olga Cuadrado en el CPR de Plasencia, pero su caluroso saludo me hizo entender que el tiempo nunca pasa entre nosotros.

Nunca había asistido a una clase de Rafael hasta ayer. Por supuesto se reveló el gran comunicador que evidentemente se intuye siempre tras un rato de conversación con él. Y brilló como siempre desgranando conceptos con ese deje gaditano e informal propios de él que impregan sus palabras.

Verificó elucubraciones y teorías sobre el manierismo que arropan los ciclos históricos en los que aparecen las formas de ingenio literario (de donde proceden los poemas visuales de hoy), y apuntóla germinación natural del surrealismo en Andalucía (en contraste con el surrealismo cerebral dado en Francia) debido al uso lingüísitico figurado que empleamos (me incluyo también).

Tras la charla nos fuimos a tomar unos vinos con Emilia y con Lali (que está escribiendo una tesis sobre poesía experimental en Extremadura) siguiendo el diálogo hacia temas gastronómicos en los que Rafael demuestra una sobrada solvencia. Un placer haberle encontrado aquí.

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