Onde é que eu ja vi isto, perguntou ele es el montaje que Cendrev Teatro presentó el pasado viernes 28 de noviembre en la santeña Sala Guirigai, original de Rui Pina Coelho, dramaturgo portugués novísimo.
La obra se encuadra en el teatro socio-político del mensaje más actual ya que responde al síntoma social tan extendido de encontrar nuestra identidad histórica en cuanto comunidad en la era global (síntoma común con la española por cuanto ambos pueblos hemos tenido un desarrollo histórico paralelo, destinados por tanto, a entendernos).
Obra ácida y sombría llena de delirantes guiños culturales a la historia del arte y la cultura portuguesa, la interpretación de José Russo (responsable de la puesta en escena), Ana Meira y Rui Nuno nos traslada al drama desarrollado dentro de sí mismo en el ámbito más doméstico de unos personajes (en el sentido performático del anti-arte) mediante una estructura metatextual para mostrarnos el proceso de descomposición del ser humano como consecuencia del sistema capitalista que vertebra nuestra realidad social y económica.
Un proceso en donde el ser humano queda alienado de su condición, y de ahí que para expresarlo se hiciera uso de los tradicionales bonecos de Santo Aleixo, genial recurso para añadir sarcasmo y crítica al discurso, dado que los rostros de estas marionetas eran las de los propios actores, quienes además vuelven a ser representados a través de unos títeres en uno de los pasajes más vitriólicos del drama, sostenido por un lenguaje (portugués para acentuar el extrañamiento) siempre disémico, lleno de símbolos que nos remontan a la dimensión existencial de los personajes. Precisamente el título de la obra (Onde é que eu ja vi isto, perguntou ele=¿Dónde está que ya le he visto, preguntó?) no solo alude a un fenómeno de déjà-vu puramente argumental en la obra sino a la perpetuación de los esquemas del poder, además de la eterna condena del hombre a vivir su esclavitud dentro del sistema capitalista. Los personajes, presos de las luces ácidas de la escena jamás verán la luz, sedientos de esperanza.
Obra anti-artística (decíamos) de rasgos metatextuales, esperpento político de la era digital, Rui Pina Coelho ha creado una obra signo de nuestra era global en donde todos nos cuestionamos nuestras propias referencias, huérfanos de la identidad que el poder intenta siempre arrebatarnos para transformarnos en masa inerme.
Un proceso en donde el ser humano queda alienado de su condición, y de ahí que para expresarlo se hiciera uso de los tradicionales bonecos de Santo Aleixo, genial recurso para añadir sarcasmo y crítica al discurso, dado que los rostros de estas marionetas eran las de los propios actores, quienes además vuelven a ser representados a través de unos títeres en uno de los pasajes más vitriólicos del drama, sostenido por un lenguaje (portugués para acentuar el extrañamiento) siempre disémico, lleno de símbolos que nos remontan a la dimensión existencial de los personajes. Precisamente el título de la obra (Onde é que eu ja vi isto, perguntou ele=¿Dónde está que ya le he visto, preguntó?) no solo alude a un fenómeno de déjà-vu puramente argumental en la obra sino a la perpetuación de los esquemas del poder, además de la eterna condena del hombre a vivir su esclavitud dentro del sistema capitalista. Los personajes, presos de las luces ácidas de la escena jamás verán la luz, sedientos de esperanza.
Obra anti-artística (decíamos) de rasgos metatextuales, esperpento político de la era digital, Rui Pina Coelho ha creado una obra signo de nuestra era global en donde todos nos cuestionamos nuestras propias referencias, huérfanos de la identidad que el poder intenta siempre arrebatarnos para transformarnos en masa inerme.
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