La obra se desarrolla a través de la reconstrucción de los hechos en un ámbito periodístico-forense a través de la palabra que se hace didascalia y evocación así de una realidad interpuesta, auxiliando su referencia a través de testimonios visuales (filmación) y sonoros (cassettes de la época en magnetofones que se sincronizaban con el presente escénico de la obra).
Una obra documental con un sentido político muy acentuado con dosis de acidez y sarcasmo, según declaración de Manuel Cortés para Madreselva, que Chévere Teatro ha sabido crear en una confluencia de lenguajes muy visuales y plásticos en esta tragicomedia muy en la estética de los montajes de la Sala Guirigai.
Comentarios