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Foto: Alicia Cortés |
Es una gran emoción haber asistido como padrino al bautizo
de Amorfosis, la primera criatura
literaria de Ángela Sayago, oficiando en el Parador de Zafra junto a Juan Manuel Garrido en esta ceremonia literaria el día de la república española de una
poeta por la que he apostado hace un par de años cuando escogí una de sus
magníficas fotografías para portada de la madreselva2.
Seguidamente seguí confiando en ella publicándole en la madreselva
un poema. Unos meses más adelante, en el
verano de 2014 tuve la ocasión de invitarla al Solsticio poético que
organizamos en la Sala Guirigai de Los Santos de Maimona , fecha a partir de la
cual se animó a organizar recitales y exposiciones colectivas en la Sala Búho
Real de Madrid, ciudad donde vive.
Su actividad ha ido fraguándose hasta cristalizar en este
precioso Amorfosis (que edita Ediciones oblicuas, Sitges, 2015)
un proceso vital de entrada al amor que se inicia desde el desencanto hasta la
inmersión erótica en un cambiante océano de sensaciones del que deriva su
nombre, mezclando metamorfosis (mutación) y anamorfosis (imagen duplicada según
la perspectiva desde donde se observe la realidad) junto a amorfo (inconcreción
formal) como refleja su vistosa ilustración de portada, obra de Adolfo Arauz.
Amorfosis es un
poemario de corte neorromántico y sensorial que traza la radiografía
sentimental de su autora protagonista a lo largo del proceso amoroso que va a
ir profesando desde diversos ángulos de
la realidad hacia el centro de su propio ser, ofreciendo una realidad
poliédrica siempre enclavada en la entrega amorosa desde los diversos grados en
que se encuentre en cada momento para acabar finalmente en la encarnación
erótica de ese sentimiento.
Ángela Sayago ha creado una obra con la que empieza a navegar en las
rutas literarias en las que confiamos tendrá una buena singladura allá donde
vaya. Le guía su buen hacer y el sentimiento inextinguible de su amorfosis en continua evolución hacia
nuevas formas.
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