Tranvía Teatro. El milagro del amor y la memoria

Foto: Zaragoza BuenasNoticias


El sentido de nuestra vida se hace uno de los temas universales en nuestra cultura, abordado desde diversas perspectivas a lo largo de la historia (y, especialmente, del teatro barroco). Supone un eje temático que abre el discurso hacia diversas vías como es el caso de Milagro, drama que representó Tranvía Teatro en dos pases el 18 y 19 de noviembre en la Sala Guirigai de Los Santos de Maimona.

Milagro, texto original de Luis Miguel González Cruz  bajo la dirección de Cristina Yáñez despliega ingeniosos diálogos aderezados de sarcasmo e ironía en la añeja relación de Andrés (Chema Ruiz) y el doctor (Javier Anós) enquistados en viejos rencores y rivalidades sobre Emma (Maribel Bravo), casada con Andrés. Esta confianza, las implicaciones y las rivalidades avivan el sarcasmo y la ironía entre ellos, quienes deben afrontar (y de ahí su título)  la milagrosa resurrección de Emma, reconstruyendo su identidad poco a poco, configurada como un bagaje de recuerdos que componen su persona (y que su marido trata de ir reconstruyendo) mientras que el doctor intenta reconquistar su amor sin éxito. Ambos personajes encarnan dos posturas antagónicas sobre la identidad del ser: en tanto Andrés la fundamenta en el pasado, su rival el doctor la basa en el presente.

Nuestras vidas como sombras del tiempo paralela a la interesante escenografía de sombras chinescas (y de hecho los personajes inicialmente son presentados  como sombras que se encarnan adentrándose en el escenario) obra de Silvia de Marta y la inquietante luminotecnia de Miguel Ángel Camacho, sosteniendo las intuiciones y la acción de los personajes.

Memoria del pasado pero también del presente, en cualquier caso la identidad del ser está legitimada por el amor que al final consigue restablecerse. 

Tranvía Teatro ha ofrecido este drama filosófico sobre la identidad del ser basada en el amor en la creación de esa memoria, amor y memoria valores consustanciales, afortunado milagro  que conforma nuestra propia dignidad como criaturas girando en la espiral del tiempo eternamente.   

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