Valle-Inclán
creó el esperpento como caricatura de la España triunfalista para denunciar la
ruinosa situación del país a inicios del siglo XX, convirtiéndose en idea y categoría
estética que al día de hoy es ideal para interpretar nuestro retrato social,
como refleja la versión de Miguel Murillo La
cabeza del bautista escenificada la
tarde del sábado 8 de abril en el Teatro
de Zafra a cargo de El desván teatro,
bajo la dirección de Domingo Cruz.
MiguelMurillo, responsable de la adaptación (algo más humanizada que el texto original), sitúa a Don Iginio (Francisco Blanco) dueño de un club nocturno a ritmo de blues y rock&roll
(en escena tocando en directo The
Cocooners al frente de Jimmy
Barnatán a modo de narrador/demiurgo de la acción).
La viciada rutina
del club donde malvive Don Igi, que intenta rehacer su vida junto a La Pepona (Pepa Gracia) se ve sacudida cuando
llega El Jándalo (José Antonio Lucia),
hijastro de Don Igi, a quien chantajea acusándole de matar a su madre, la difunta
esposa del viejo. La Pepona entonces planea asesinar al Jándalo valiéndose de
sus encantos pero ésta se encandila del canalla Jándalo, y cuando Don Igi le
acuchilla, desconsolada por haber perdido a su nuevo amante (y cliente), es presa
de la locura, en paralelo paródico al episodio de Salomé, que llora ante la
cabeza del Bautista ejecutado por Herodes a sus instancias, y de ahí el título
de esta obra, claro reflejo satírico de estos personajes valle-inclanescos.
Vertiginosa
e intensa actuación de El desván teatro
(Jimmy Barnatán, Francisco Blanco y Pepa
Gracia) deslizada a ritmo del más genuino rythm&blues americano en
directo gracias a The Cocooners (Rubén Rodríguez, Dani Simons y Sergio González más la influencia del inlavable Gene García) banda integrada en la dramaturgia subrayando la acción,
una música asociada a la oscura escena de una realidad perversa y diabólica,
una visión ácida, puramente esperpéntica que su director Domingo Cruz ha sabido transmitir con gran acierto, trasladando la
adaptación que Miguel Murillo ha
realizado sobre el texto de Valle-Inclán,
quien nos descubre (de nuevo y siempre) las sombras de la realidad, su
esperpento, deformación grotesca de la realidad que nos inquieta por cuanto nos
revela también nuestros ángulos más oscuros e inconfesables.
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