Jaén
verdemar, filigrana andalusí de geranios
y olivares, donde sueña el agua magnética de los aljibes una antigua gesta de
frontera.
Jaén
retrepada entre montes, sencilla y cordial, evoca un hondo cantar en sus
azulejos de dulce arabesco y su historia se diluye en el tiempo como un río
oculto que discurre sigiloso por la sierra.
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