Foto: Claudia Vázquez |
El concierto
de año nuevo es un rito entrañable para saludar el año, alimentados de música
que se ofrece a nosotros como un banquete artístico, al que asistimos gozosos en estas fechas, que
se ha encargado de dirigir este año el carismático director alemán Tobias Gossmann, (muy vinculado a nuestro país) al mando de la Orquesta de Extremadura en el Teatro López de Ayala
de Badajoz.
La música
reconforta y alimenta nuestros corazones y el concierto de año nuevo es un acto
lleno de expectación (al igual que la visita navideña anual a algún familiar alejado pero cordial), donde abrigar nuestro ánimo al compás de las
sinfonías más cálidas, no en vano valses vieneses, la música que viene del frío,
imaginada en el invierno perpetuo de los zares, que viene a reanimar nuestro ánimo, que al efecto mejoraba mucho con los comentarios
didácticos de Gossmann sobre las piezas que la orquesta iba interpretando,
arrancando el concierto con la rapsodia húngara nº 2 de Liszt, al que le
siguieron varios valses muy populares de Johan Strauss (hijo) como la obertura
de El murciélago o La marcha persa, a la que sucedió la obertura de Caballería Ligera de Franz Von Suppé (el rey de la opereta en Viena según Gossmann), y finalizando con la marcha húngara de Hector Berlioz para
seguidamente remachar con la marcha Radetzky de Strauss padre, coreada como es
tradición por las palmas del público que abarrotaba el teatro.
La música
ofrecía un retablo vivo de toda una época galante que ya no existe, la época del
imperio austro-húngaro, mundo poliédrico y translúcido en el que
conviven a la par el mundo aristocrático y burgués de las danzas y los teatros regios, con su derivación
bohemia y artística, junto a una nueva era de dinamismo industrial proyectada
al futuro. Una era decimonónica y ostentosa, con vestigios ilustrados y
románticos al estilo del archiduque Luis Salvador, una era finisecular y luminosa
de grandes fronteras del último resabio imperial europeo cuya frontera era el
Danubio azul, con el que nos hizo soñar
en este concierto la Orquesta de Extremadura bajo la dirección de TobíasGossman, haciéndonos revivir este cuadro sonoro exquisito y crepuscular tan navideño en el Teatro López de Ayala, para afrontar este nuevo año 19 con energía
y brío dando rienda suelta a nuestra más encantadora fantasía.
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