Atirohecho contra la especulación en Sala Guirigai

 

Foto: David Ruiz



Asistimos continuamente a la reinvención de lenguajes artísticos que  determinados contextos sociales hacen favorecer su resurgimiento. Este es el caso del teatro de denuncia o el teatro de protesta que bajo la forma escénica de teatro-documento  representó la compañía valenciana Atirohecho con el montaje de Ingovernables (tal cual en valenciano) en la Sala Guirigai de Los Santos de Maimona.

El teatro-documento fue un género combativo durante los 70 (muy cultivado en Latinoamérica acompañando en diversos países sus procesos de evolución política, no siempre democráticos), que plantea una reflexión y una declaración de intenciones sobre algún tema social. Atirohecho en Ingovernables cuestiona los principios y consecuencias de la especulación inmobiliaria en la dinámica de una ciudad, Valencia, asediada por intereses urbanísticos surgidos del turismo y la recalificación, que acaban por deshumanizar la vida de sus habitantes.


David Ruiz
Foto: David Ruiz

Atirohecho plantea una obra coral de raíz meta-teatral (realmente la obra es un ensayo de la obra a realizar sobre la que se reflexiona) salpicada de ácida crítica que se desliza en lenguajes diversos, donde está muy presente un excelente movimiento escénico dirigido por la danza, metáforas visuales  muy plásticas acompañadas de música en directo ofrecida por uno de los actores en escena.  La obra se va estructurando concéntricamente desde la dimensión individual de los actores, que despliegan su conflicto asociándolo a la especulación hasta la dimensión colectiva del conflicto (el mundo financiero frente a las barriadas obreras) y su compromiso.  

La insubordinación civil y la okupación parecen ser, a juicio de esta compañía, la única solución planteada en un mensaje tendencioso cuya conclusión, en cambio, parece contradictoria y autoirónica en el lema que despliegan los actores “Juntos somos ingobernables”:  ¿realmente la unión es el poder del pueblo, o más bien se alude a su incapacidad de organizar una respuesta, cerrando la obra con las palabras enmarañadas de todos los personajes, hablando en un total desconcierto en el que no logran entenderse  porque no se escuchan?.

Ingovernables es una obra de la mayor actualidad, muy ácida y rebelde, que plantea en sí misma el problema y la solución en el lenguaje escénico fresco e irónico de Atirohecho, que en la Sala Guirigai invoca una utopía que cada vez es tan cercana como lejana.     

Comentarios